Oh venga, todas lo hemos deseado alguna vez, aunque haya sido durante una milésima de segundo para algunas, para otras un sueño por cumplir.
SER MODELO
Estar en la cima del mundo de la moda, en lo más alto. Vestida por diseñadores, con dinero suficiente para tener dos casas y dos coches.
Si lo haces bien, incluso puede que alcances fama, gloria y que los mejores diseñadores se te disputen.
Además, para ser modelo no tienes por qué ser guapa, sólo proporcionada, sin defectos que salten a la vista y delgada, muy delgada.
Pero no es de eso de lo que quería hablar. Es de ese momento. EL MOMENTO. No me canso de verlos, una y otra vez, en los desfiles.
Cuando una modelo se pasea por la pasarela, segura de sí misma, consciente de que maquillaje, peluquería y vesturio han hecho un buen papel y no va a defraudar a nadie, sino a dejarles a todos los del frontrow boquiabiertos. Entonces sucede. Pone un pie delante del otro, lentamente, se inclina hacia atrás y sale a la pasal¡rela. Inexpresiva, sin ningún atisbo de sonrisa, por mandato del diseñador, pero yo estoy segura de que por dentro sonríe. Todas las personas asistentes al desfile la tienen en su punto de mira. Una caída, un pie mal colocado, los nervios que le juegan una mala pasada, y será el fin de su sueño, de las pasarelas, de la moda. Será expulsada del paraíso para siempre. Debe concentrarse y mantener el control. Los asistentes al desfile comentan y toman nota rápidamente de lo que llevan puesto, del maquillaje, el peinado, incluso de la modelo en cuestión. Y la modelo cruza los dedos mentalmente para que esa gente le dé su aprovación.
Todas ellas por dentro están pletóricas de felicidad. Porque ese momento es el momento que han estado tanto tiempo esperando y para el que se han estado sin comer tantas veces, sintiendo cómo el estómago les rugía de hambre. ¿Merece la pena realmente? No lo sé, quizá algún día alguien me lo pueda contar. De momento me conformaré con seguir mirando desfile tras desfile, y captando la esencia de cada modelo en ese momento.
Va por ti, Twiggy
XXX
Yo nunca he querido ser modelo, pero sí tener el cuerpo que tienen alguna de ellas. No me gusta sentirme el centro de atención y ellas, cuando desfilan, lo son. Tampoco me gusta pasar hambre, jajaja. Besos
ResponderEliminarMira, yo tengo a mi mejor amiga que es modelo, Sofia Krawzcyk se llama. A ella le enncanta, pero nunca quise serlo, y mucho menos la envidio. Sufri muchos complejos para ser asi de perfecta, cosa que no quiero volver a hacer, va, creo que sigo aun acomplejada. Un beso :)
ResponderEliminarOh, what a super model!
ResponderEliminarMaria, he visto fotos de tu mejor amiga modelo, y la verdad es que parece que tiene futuro, quizá algún día le dedique una entrada con todos los honores. Pero primero voy a seguirle la pista.
ResponderEliminarxxx
gracias por visitarme,
ResponderEliminaryo nunca soñé en ser modelo,
mucho sacrificio la verdad...
un besazo de Cora
La verdad es que no envidio mucho el mundo de las modelos, odio que me pinten, peinen y me saquen fotos......viajar me encanta, pero no se si me gustaría como lo hacen ellas, a mi me parece un trabajo superduro.
ResponderEliminaruno, a qien va dedicado?
ResponderEliminardos: aprobacion
tres: escribes bien no, lo siguiente.
hola gracias por visitar mi blog, me hace mucha ilusion
ResponderEliminarhttp://lamodadepaty.blogspot.com
genial el texto!
ResponderEliminarThank you for the comment!! I love twiggy<3 She is so cute and little! Aha!!!
ResponderEliminar:)
xoxo
cayliek.blogspot.com
un trabajo super sacrificado
ResponderEliminarPues si yo tambien quise ser modelo de pequeñita, como muchas niñas, supongo que cegada por las luces de la pasarela, el maquillaje, la ropa, en fin todo lo que vemos desde fuera, la verdad, no se si será tan bonito ese mundo desde dentro.
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog y gracias por tus palabras, me animas mucho. saluditos
Anónimo gracias por tu aprovación, y va dedicado a todas aquellas personas que quisieron, qieren o querrán ser modelos. Un beso a todos y gracias
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